Se utiliza para:
Detectar daño hepático agudo o crónico, como hepatitis viral, tóxica o autoinmune.
Evaluar enfermedades hepáticas asociadas a alcohol, medicamentos o esteatosis hepática (hígado graso).
Monitorear la progresión o mejoría de patologías hepáticas en seguimiento clínico.
Cribado hepático en estudios de función hepática general, junto con AST, GGT, fosfatasa alcalina y bilirrubina.
| Tipo de Muestra | Sangre |
| Sexo | Hombre/Mujer |
| Resultados | < 1 día hábil |