La inmunoglobulina M (IgM) es el primer tipo de anticuerpo que produce el sistema inmunológico cuando el cuerpo entra en contacto con una infección. Su presencia en sangre suele indicar una infección reciente o en curso.
Se utiliza para:
Detectar infecciones activas o recientes.
Diferenciar entre infecciones nuevas y pasadas cuando se compara con IgG.
Diagnosticar enfermedades infecciosas como mononucleosis, toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, hepatitis, entre otras.
Evaluar la respuesta inmunitaria en fases tempranas de la infección.
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